Niños en la selva tropical

Niño Wauru en Brasil. (Foto de Sue Wren)
Niño Wauru en Brasil. (Foto de Sue Wren)

Aunque generalmente no ven televisión, usan Internet o video juegos, los niños que viven en la selva tropical hacen la mayoría de cosas que tú probablemente haces. Ellos juegan con amigos, van a la escuela y ayudan a sus familias en varios quehaceres. Sin embargo, los niños en la selva viven más cerca de la naturaleza que el promedio de niños en Norte América y por lo tanto aprenden cómo interactuar con el ambiente natural que los rodea. Desde una temprana edad, estos niños aprenden a pescar, cazar y recolectar alimentos y materiales útiles del bosque. En vez de ir a un patio de recreo, un sitio de juegos o un centro comercial, muchos niños en lugares como la Amazonía pasan la mayor parte del tiempo al aire libre.

¿Qué pasó con la gente nativa de la Amazonía?

Waura en la Amazonía sur en Mato Grosso, Brasil.
Waura en la Amazonía sur en Mato Grosso, Brasil.

Antes del inicio de la colonización europea del Nuevo Mundo en el siglo XV, un estimado de siete a diez millones de amerindios vivían en las selvas tropicales de América, la mitad de ellos en lo que hoy es Brasil. Existieron varias ciudades en los Andes, mientras que tanto los Andes como la Amazonía sostuvieron sociedades agrícolas.

La llegada de los europeos casi causó la desaparición de las civilizaciones nativas en Centro y Sudamérica. Los europeos portaron enfermedades que mataron a millones de amerindios. En menos de 100 años después del primer arribo de estos forasteros, la población amerindia fue reducida en un 90 por ciento. La mayoría de gente en la selva tropical que sobrevivió continuó viviendo en grupos pequeños en el interior del bosque.

Conocimiento tradicional de las plantas medicinales

Chamán Trío en Surinam
Chamán Trío en Surinam

Una de las áreas de investigación más emocionantes en las selvas tropicales es la etnobotánica, la cual es el estudio de cómo la gente usa las plantas para tratar dolencias y enfermedades. Mucha gente nativa en áreas tropicales tiene un gran conocimiento sobre las plantas medicinales, las cuales frecuen-temente utilizan como una alternativa a medicamentos modernos —que son más caros y difíciles de obtener.

Hasta la fecha, muchos de los medicamentos utilizados en el mundo occidental han sido derivados de plantas. Setenta por ciento de las plantas identificadas por tener características anti-cancerígenas según el Instituto Nacional del Cáncer en los Estados Unidos proviene de los bosques.

El chamán o curandero de una aldea típicamente conoce muchas plantas medicinales. El curandero trata a los enfermos, frecuentemente durante elaboradas ceremonias y rituales con plantas recogidas del bosque. A pesar de que los curanderos cuentan con conocimiento esencial beneficioso para muchas comunidades, este conocimiento está desapareciendo rápida-mente al mismo tiempo que las selvas tropicales son deforestadas y los grupos nativos abandonan sus tradiciones. Es probable que los curanderos de algunas regiones se estén extinguiendo más rápido que ciertas especies amenazadas.

Las grandes civilizaciones de la selva tropical

Machu Picchu en Perú fue construido por los Incas.
Machu Picchu en Perú fue construido por los Incas.

Hoy la mayoría de los habitantes de la selva tropical vive en pequeñas comunidades y algunos todavía practican la cacería y recolección nómada. En el pasado, las selvas tropicales y áreas circundantes sostuvieron grandes civilizaciones como los mayas, los incas, los chachapoyas, y los aztecas, quienes desarro-llaron sociedades complejas y contribuyeron al desarrollo de la ciencia. Estas grandes civilizaciones enfrentaron algunos de los mismos problemas ambientales (pérdida de bosques, erosión de suelos, sobrepoblación, falta de agua) que los que hoy enfrentamos. En el caso de los mayas, es probable que el daño que ocasionaron al ambiente haya sido suficientemente grande para causar su caída como civilización.

Gente de la selva tropical

Un chamán Waura en la Amazonía sur en Mato Grosso, Brasil. (Foto de Sue Wren)
Un chamán Waura en la Amazonía sur en Mato Grosso, Brasil. (Foto de Sue Wren)

Las selvas tropicales son el hogar de pueblos nativos que pertenecen a diferentes grupos étnicos, con diferentes idiomas y costumbres, quienes dependen de su entorno para obtener comida, refugio y medicinas. Sin embargo, hay cada vez menos gente nativa que vive de manera tradicional; muchos han sido desplazados por colonos (gente de otros lugares) y han sido forzados por los gobiernos nacionales a renunciar a su estilo de vida y han optado por cambiar sus costumbres. Por ejemplo, muchos pue-blos que tradicionalmente fueron nómadas se vieron forzados a establecerse en áreas delimitadas por el gobierno.

De todos los grupos nativos asociados a las selvas tropicales que quedan, la Amazonía tiene las poblaciones indígenas más grandes del planeta. Sin embargo, estas poblaciones también han sido impactadas por el mundo moderno. Aunque todavía muchos dependen de la selva para cazar y recolectar de manera tradicional, la mayoría de amerindios (nombre con el que también se reconoce a la gente indígena nativa de las Américas) tienen cultivos (como plátano, yuca y arroz), usan productos occidentales (como machetes, ollas, sartenes y otros utensilios de metal) y regularmente hacen viajes a los pueblos y ciudades en cada región para llevar al mercado diferentes productos del bosque y de los ríos y lagos. Los cultivos incluyen algunas especies no nativas de la Amazonía, como el plátano y arroz (originales de Asia), además de muchas especies nativas de la Amazonía como la yuca, cacao y otras frutas. Sin embargo, mucha gente nativa tiene bastante para enseñarnos sobre la selva tropical. Su conocimiento sobre plantas medicinales usadas para tratar diferentes males no tiene par y además conocen sobre el funcionamiento del bosque, los ríos y los lagos de la Amazonía.

En África, hay grupos nativos conocidos como pigmeos que habitan el bosque en la región del Congo. Las personas más altas de estos grupos, también llamados Mbuti, rara vez sobrepasan 1.5 m de estatura. Su pequeño tamaño les permite moverse a través del bosque de forma mucho más eficiente que gente más alta.

Plantas de la selva tropical

flor de Passiflora, relacionada al maracuyá, en Colombia
flor de Passiflora, relacionada al maracuyá, en Colombia

El suelo del bosque tropical maduro es rara vez denso y enmarañado como la jungla que se ve en las películas y las historias de aventura. En general, el suelo del bosque maduro es relativamente libre de vegetación densa debido a que se encuentra en la sombra la mayor parte del tiempo. Esta gran sombra es causada por el dosel continuo del bosque maduro, también conocido como bosque primario. Por lo tanto, en vez de encontrar vegetación muy densa, el visitante de la selva encontrará grandes troncos de árboles intercalados con lianas, algunas plantas y arbustos en el sotobosque e incontables plantas pequeñas cerca del suelo.

Como los árboles de la selva tropical están en una lucha constante por acceder a la luz del sol, sus tallos crecen rectos y sólo producen ramas cerca de la parte más alta. Como las áreas tropicales reciben mucho sol, las hojas de los árboles y otras plantas que viven en el dosel pueden tolerar bastante radiación solar. Algunas de las plantas más comunes son las epífitas, las cuales típicamente viven adheridas a los árboles. En algunos bosques las epífitas pueden ser muy abundantes—¡más de 2,000 epífitas pueden ser encontradas viviendo en un solo árbol!

Si la idea de que una planta viva sobre otra planta suena extraña, hay que considerar que muchas plantas que la gente cultiva en sus casas son epífitas. Los ejemplos mejor conocidos son las bromelias, también llamadas “plantas aéreas”, y muchos tipos de orquídeas.

Las selvas tropicales tienen una gran variedad de especies de árboles. No es raro encontrar más de 200 especies en una hectárea (100 m × 100 m) de bosque tropical. La selva amazónica, y especialmente la parte oeste de la cuenca amazónica en Ecuador, Colombia y Perú, tiene los números más altos de especies de plantas viviendo en una hectárea de bosque.

La diversidad protege a las especies. Si una especie se vuelve muy abundante en bosques naturales, generalmente esta especie estará más expuesta al ataque de patógenos. Esto se debe a que muchos patógenos, así como insectos herbívoros, pueden desarrollar adaptaciones para explotar los árboles y plantas más abundantes. Un ejemplo más específico de esto es el fracaso de las plantaciones de árboles de caucho, en donde una sola especie de árbol cultivado a gran escala con fines comerciales fue atacada por hongos. En condiciones naturales en la selva tro-pical, los árboles de caucho están separados y dispersos entre muchas otras especies de plantas de tal forma que el hongo puede atacar a un solo árbol a la vez. Esta es la razón por la cual los cultivos extensos de una sola especie de planta son más susceptibles a pestes y requieren agroquímicos (compuestos tóxicos) para tener éxito.

Color y camuflaje

polilla que se asemeja a hojas en Honduras;
polilla que se asemeja a hojas en Honduras;

Como las plantas crecen durante todo el año en la selva tropical, éstas necesitan defenderse constantemente del ataque de diferentes tipos de depredadores. Sus defensas son generalmente mecánicas y bioquímicas. Las defensas mecánicas incluyen espinas y pelos urticantes. Las defensas bioquímicas incluyen compuestos químicos que son tóxicos o hacen que las hojas tengan mal sabor o causen irritación a la piel.

Muchos insectos se han adaptado a estos compuestos y pue-den tolerarlos. En estos casos, los insectos comen plantas que normalmente afectan a otros insectos.
Algunos de estos insectos se han especializado en utilizar los compuestos químicos de las plantas para generar su propia protección, la cual está basada en toxinas que a su vez los hacen venenosos y los protegen contra sus depredadores. En otras palabras, estos insectos tienen muy mal sabor.

Pero eso no es todo: el ciclo algunas veces continúa hacia arriba en la cadena alimenticia. Por ejemplo, las ranas venenosas—llamadas así porque tienen toxinas que son usadas por algunos grupos indígenas para envenenar la punta de sus flechas—obtienen su veneno de los insectos y ácaros que comen (los ácaros son parecidos a garrapatas microscópicas).
Los animales venenosos son generalmente muy coloridos. Sus colores muy vivos sirven como una advertencia para los depredadores, como para decirles que se mantengan lejos. Sólo toma una o dos experiencias para un depredador, para aprender que comerse a una presa tóxica puede causar un malestar e intoxicación muy grande. Como consecuencia, los depredadores aprenden que deben evitar atacar y comer estas especies tóxicas.

Sin embargo, muchas especies de la selva tropical usan otra estrategia: el camuflaje, el cual les permite mezclarse con sus alrede-dores y no ser vistos fácilmente. Muchos insectos, anfibios, reptiles, aves e incluso mamíferos—como gatos grandes—se basan en camuflaje para ocultarse de los depredadores o para acechar a sus presas.

Invertebrados de la selva tropical

mariposa Heliconius hecale en Costa Rica
mariposa Heliconius hecale en Costa Rica

La mayoría de especies de animales que vive en la selva ​ tropical son invertebrados, incluyendo insectos, arácnidos (como arañas y escorpiones) y gusanos.

Sorprendentemente, cerca de la cuarta parte de todas las especies de animales que han sido descritas y nombradas por los científicos son escarabajos. Existen cerca de 500,000 especies de escarabajos descritas, la mayoría de ellas de selvas tropicales.

Los invertebrados de la selva tropical exhiben una increíble variedad de tamaños, que van desde los que pueden sentarse en la punta de un alfiler hasta los que pesan casi un cuarto de libra (113 gramos), como el escarabajo Goliat de África. Algunos insectos palito—que son expertos en camuflaje—pueden llegar a medir más de medio metro.

Peces de la selva tropical

Escalar Altum
Escalar Altum

Las aguas de las selvas tropicales—incluyendo ríos, arroyos, lagos y pantanos—son el hogar de la mayoría de especies de peces de agua dulce. La cuenca amazónica, la cual es formada por todos los ríos cuya agua llega al río Amazonas, tiene más de 3,000 especies de peces conocidas y posiblemente muchas especies más que todavía no han sido identificadas.

Muchos de los peces tropicales mantenidos en acuarios de agua dulce provienen de la selva tropical. Especies como el pez ángel, el pez tetra neón y el pez disco provienen de selvas tropicales de Sudamérica. Otras especies como el pez cebra, el pez besador (o gourami), el pez combatiente (o betta) y el botia payaso son de Asia.

Reptiles y anfibios de la selva tropical

Rana arborícola de ojos rojos (Agalychnis callidryas) en Centro América
Rana arborícola de ojos rojos (Agalychnis callidryas) en Centro América

Las selvas tropicales son el hogar de una gran diversidad de reptiles (serpientes, lagartijas, tortugas, cocodrilos y caimanes) y anfibios (ranas, sapos, salamandras, tritones y cecilias). Estos están prácticamente en todos los hábitats de la selva tropical, desde el dosel hasta los riachuelos y arroyos, e incluso dentro del suelo. De forma colectiva, los reptiles y anfibios se denominan herpetofauna.

Desafortunadamente, muchas especies de herpetofauna están amenazadas por la pérdida de hábitat, el comercio ilegal de mascotas y por cambios ambientales. Muchos anfibios se encuentran amenazados por una enfermedad llamada quitri-diomicosis, que se está expandiendo por todo el planeta. Esta enfermedad es causada por un hongo y ha causado la extinción de cerca de 200 especies de ranas y sapos en los últimos 30 años. Los científicos todavía no han logrado identificar cómo se puede controlar esta enfermedad cuando afecta a poblaciones silvestres. Medidas de emergencia están siendo implementadas para algunas especies en peligro, muchas de las cuales se mantienen en zoológicos, acuarios y jardines botánicos hasta que se logre encontrar una cura.