
La causa subyacente de la mayoría de problemas ambientales es la población humana y el consumo excesivo de recursos: la gente en regiones templadas (principalmente Norte América, Europa y el norte de Asia) utiliza recursos provenientes de selvas tropicales y al mismo tiempo la creciente población de las naciones tropicales en desarrollo explota y consume recursos de estas selvas para sobrevivir.
Si bien puede parecer difícil de creer, la gente que vive en países ricos tiene un impacto desproporcionado en el medio ambiente debido a sus patrones de consumo. La cantidad de recursos consumidos por la gran mayoría de gente en los Estados Unidos es mucho mayor a lo que consume los agricultores pobres en países tropicales. Por ejemplo, la madera ofrecida en muchas tiendas, en forma de muebles o material de construcción, pudo ser obtenida mediante la deforestación para cultivos de soja en la Amazonía o aceite de palma en Indonesia. Los materiales y energía que utilizamos para construir y hacer funcionar nuestros teléfonos celulares y computadoras portátiles pueden provenir de la destrucción de selvas tropicales en el Congo y Colombia. El papel que utilizamos para imprimir documentos, empacar objetos, así como el papel contenido en los productos higiénicos y los libros que leemos puede haber sido producido de árboles cortados en selvas de Indonesia.
En realidad el consumo elevado de recursos también es común en las capitales y otras ciudades grandes en los países tropicales, pero en ellas sólo parte de la población tiene acceso a la mayoría de recursos.
Sólo mediante la reducción del uso y consumo de recursos podrá la humanidad tener la esperanza de salvar las selvas tropicales y otras áreas silvestres.
La sobrepoblación humana también es una preocupación importante. A medida que más personas sean añadidas al planeta, habrá mayor presión sobre los recursos naturales y quedará menos para compartir. Las condiciones de hacinamiento y la escasez de recursos a menudo generan conflictos y otros pro-blemas entre poblaciones humanas. El resultado es la reducción del hábitat de muchas especies, el deterioro general del medio ambiente y la expansión de áreas urbanas y agrícolas.